El Euparkeria era un animal principalmente cuadrúpedo, pero podía avanzar a dos patas para perseguir a sus presas, entre las que figuraban otros reptiles y reptiles mamiferoides.
Características
El Euparkeria era un arcosaurio avanzado, similar a algunos dinosaurios primitivos.
Postura y caza
El Euparkeria tenía el tamaño aproximado de un zorro y al igual que él, cazaba a otros animales. Tenía unos ojos bastante grandes que le permitían tener una visión tridimensional de la presa, ya que apuntaban hacia delante, y se cree que tenían muchos bastones (unas células especiales que también tenemos nosotros y sirven para ver en la oscuridad), por lo que posiblemente también cazaba de noche. Probablemente se escondía entre la exhuberante vegetación del periodo Triásico para luego abalanzarse sobre su presa corriendo sobre sus patas traseras. Para ver a la presa, se alzaba momentáneamente sobre las patas traseras, de forma que podía ver a través de la vegetación que le servía de escondite. El correr a dos patas daba una ventaja al Euparkeria, pues a demás de permitirle correr más rápido, podía saltar sobre su presa y golpearla con las garras de las patas delanteras mientras la mordía con sus muchos dientes afilados.
Cráneo
Sus dientes estaban clavados muy profundamente en las mandíbulas, de forma que resistían el forcejeo de las presas, y se cree que al igual que los tiburones, sus dientes se renovaban constantemente de forma que cuando se le rompía un diente, le crecía otro en su lugar. Este proceso de fabricación de dientes permitía al animal cazar hasta cuando un mamífero, al que no se le regeneran los dientes, moría de hambre por la falta de armas para matar a su presa. El cráneo tenía dos aberturas en el cráneo, una delante de los ojos y otra entre esta y las fosas nasales. Estas aberturas reducían el peso del cráneo y le permitían insertar más músculos, de forma que el animal mordía mucho más fuerte.
Coraza
El Euparkeria tenía una coraza formada por huesos incrustados en la piel y por escamas endurecidas. Estos huesos y escamas se extendían desde el cuello hasta la cola, de forma que protegían el lomo del animal ante depredadores mayores como el terápsido Cynognathus o el Erythrosuchus.
Galería
